Esta pequeña perla del Caribe te invita a despreocuparte en sus hermosas playas, cada una más cautivadora que la anterior. No obstante, si tienes el alma de un Robinson Crusoe ávido de tranquilidad, de naturaleza, de fusión con los elementos y buscas emociones intensas, tendrás la oportunidad de preparar cuidadosamente tus días, que serán una auténtica maravilla para relajarte lo más cerca posible de todas las bellezas que la naturaleza de San Martín te ofrece con tanta generosidad.
Un paisaje salvaje y paradisíaco para sentirse la única persona en el mundo
Si siempre has soñado con llegar a una isla desierta como un Robinson Crusoe moderno amante del ecoturismo, déjate tentar aquí por la aventura. ¡El islote de Tintamarre te fascinará con su magnético atractivo y te convertirás en un náufrago voluntario! Está situado a 4 km al nordeste de San Martín. Inhabitado y desierto, ha sabido conservar una fauna y una flora excepcionalmente ricas y protegidas en el seno de la Reserva Natural.
Si estás decidido a salir de la rutina, contrata a una empresa de chárter que te ofrecerá sus diferentes servicios a medida. Ellos se ocuparán de todo. Cuyos miembros de la tripulación te depositarán en la arena, en algún lugar entre la tierra y el mar. También te podrán hacer compañía hasta el anochecer y bajo la bóveda estrellada.
Es un lugar virgen de toda civilización. Aquí disfrutarás de un ambiente divino.
Descubrirás los fondos marinos con aletas, máscara y tubo, que te proporcionará el capitán, a quien habrás confiado la organización logística. A lo largo del día, retozarás con placer en las aguas cristalinas de esta jungla acuática, lugar de vida de todos los animales marinos, que serán tus amigos durante esta inmersión.
Puede que ya haya llegado el momento de hacer una pausa en la playa, en medio de este oasis natural de San Martín. La espléndida Baie Blanche es la playa más accesible y la más abrigada. Te relajarás con deleite en la orilla.
Se aproxima la hora de la comida. Te habrás llevado una comida frugal y una sombrilla, ya que el islote no posee ningún restaurante ni servicios. La autenticidad y la protección del medio ambiente bien valen este precio. O bien habrás reservado lo necesario con Destination Tintamarre y habrá llegado el momento de instalarte en las mesas de madera puestas a disposición por la Reserva Natural para saborear una comida conservada fría en las neveras. Te encantará esta sobriedad feliz, te sentirás en armonía con los elementos y en tu justo lugar, entre la humildad y el respeto, entre el cielo y el mar.
Podrás pasear por los acantilados que bordean la isla al norte y al sudoeste. Podrás admirar la barrera de coral. Muchos senderos te conducirán hasta donde te llevan tus ganas de explorar. Tus pasos te guiarán, en función de tus ganas, hacia una segunda playa, a tan solo pocos minutos a pie de la playa en la que se puede atracar en barco. Esta playa es más salvaje y sirve de criadero para numerosas especies de peces.
Al final de la tarde volverás a Baie Blanche. Este será el momento de disfrutar del descanso. El tiempo se detendrá para ti.
Por la noche, aún te quedarán fuerzas para prepararte para una noche bajo las estrellas en una acampada organizada, lejos de la civilización, pero cerca de tus valores ecoturísticos.
Refugios secretos para comulgar con la naturaleza
Enamorado de la naturaleza y sediento de descubrimientos insólitos, llegarás a la Loterie Farm, una etapa indispensable para un Robinson Crusoe que quiere vivir la naturaleza de otra manera. Arborismo, senderismo y un espacio de relajación para los viajeros que buscan actividades que les pongan en contacto estrecho con la naturaleza de San Martín.
Si así lo deseas, un guía de la Loterie Farm te propondrá una ruta de senderismo, que te conducirá a una comunión profunda con el fabuloso entorno natural que San Martín esconde y protege. Iniciarás el ascenso hacia el Pic Paradis con la sensación de vivir una aventura fuera de lo común. Al caminar en medio de los árboles, disfrutarás de todos sus beneficios. El Pic Paradis hay que merecérselo y tú te lo mereces. El camino que te conduce allí arriba es escarpado, pero vale la pena. En la cima del pico, el panorama sobre el mar Caribe te parecerá casi irreal.
Después de esta bocanada de belleza pura, continuarás con una ruta de senderismo que recorre los cerros y la landa costera. Descenderás hacia Rambaud, un barrio situado justo después de la Loterie Farm. Luego, seguirás por el barranco y, finalmente, llegarás al mar.
Ahí está, Happy Bay, donde el Robinson Crusoe que hay en ti estará totalmente satisfecho. Happy Bay es una zona tranquila y poco frecuentada, salvaje y reservada a los valientes que se molestan en caminar por un sendero algo pedregoso a través de los cactus.
Lejos de la urbanización, te relajarás en la absoluta tranquilidad de la playa, sumergiéndote en el mar tibio del Caribe.
San Martín esconde muchas sorpresas. Los amantes de la naturaleza comprobarán hasta qué punto esta isla del Caribe está comprometida con la conservación de un ecosistema de una riqueza increíble.
Admirarás con sabiduría la arquitectura de la biodiversidad que la vida ha construido en esta tierra de múltiples facetas. Sentirás este vínculo profundo e inquebrantable que nos une a todos a la naturaleza.
