Si eres un gourmet refinado y amante del buen comer, sucumbirás a los sublimes placeres gastronómicos de San Martín. Una vez que te hayas decidido a preparar cuidadosamente una estancia orientada principalmente a satisfacer tu paladar, la prepararás en pareja, con la familia o con los amigos. La cocina se disfruta mejor si es compartida. Sin duda alguna, San Martín evoca para ti playas paradisíacas y una vegetación tropical, pero San Martín es también la capital gastronómica del Caribe.
La excelencia francesa y su pequeño toque caribeño del fin del mundo
Desde tu llegada a la isla te sumergirás en el ambiente caribeño.
En este concentrado de felicidad y antes de empezar tu expedición gastronómica, te dirigirás a Marigot para dejarte tentar por un prólogo esencialmente sanmartinés en un «lolo» o pequeño restaurante típico, modesto pero pintoresco.
A continuación, dirígete a Grand Case, donde permanecerás durante algunos días. En este templo de la gastronomía descubrirás la mayor selección de restaurantes. ¡No te será fácil elegir! Antes de iniciar este viaje gastronómico podrás disfrutar tranquilamente en una terraza, tumbado en una tumbona, de unas impresionantes vistas de la bahía de Grand Case y del mar Caribe.
Quedarás impresionado con una carta de maridaje de platos y vinos, que sitúa a La Villa en un establecimiento imprescindible de la cocina gastronómica tradicional francesa. Tentado por un menú casi parisino (¡Ay, la sopa de cebolla!), recuerda que estás en el Caribe para orientarte en tu elección del entrante con un gravlax de marlín, un pescado local marinado a la cúrcuma con salsa criolla al pimiento habanero dulce. Tu delicado paladar apreciará las notas exóticas en medio de un menú emblemático de la excelencia francesa.
Después de la refinada comida se ofrece un digestivo local, denominado ron guavaberry, que te llevará directamente a tu habitación para un sueño reparador y voluptuoso.
Una innovación gustativa a lo largo de las estaciones y según la región
La siguiente etapa de descubrimiento de la gastronomía en San Martín pasa por la destilería de ron La Part des Anges.
Aún tendrás en la boca el recuerdo del ponche degustado la noche anterior. En el Caribe francés, el ron es una auténtica institución. Así pues, una degustación de ron es prácticamente ineludible. En un ambiente atenuado e íntimo, tu «Rumtender» especialista te contará la historia de este elixir, que le apasiona. A la salida de este acogedor salón también se te ofrecerá una selección de champán para dirigirte a Le Pressoir, que es el restaurante de al lado.
La cocina inventiva y en función de la temporada hará las delicias del epicúreo que vive en ti. Aún eufórico por las sensaciones divinas que te habrán seducido en el bar de rones, tu atención quedará atrapada por el pulpo confitado durante 5 horas en tinta de calamar y ron Longueteau. Esta es otra manera de disfrutar de este licor emblemático en perfecto maridaje con los platos de la isla.
La hospitalidad caribeña en un decorado con acentos provenzales
Por la tarde visitarás Grand Case, el pintoresco pueblo de pescadores, para admirar su impresionante arquitectura.
Será, pues, un momento divertido y sorprendente, en el que te sentarás en l’Auberge Gourmande para disfrutar para una cena en el corazón de Grand Case. En esta antigua casa criolla con decoración inspirada en los colores y los motivos provenzales te dejarás llevar por la buena vida de los Trópicos. Su cocina, elaborada en el respeto a la tradición francesa, te deleitará con sus notas locales caracterizadas por la frescura de sus productos. Finalmente, ¡pasarás a sus reputados postres pidiendo por lo menos dos especialidades! ¿Tarta de limón y caramelo servida con un sorbete de mango? ¿Concierto de mousse de chocolate blanco fondant caliente y helado de chocolate negro con salsa de hibisco?
Por la noche, las calles de Grand Case están muy animadas. Llegarás a tu confortable nido paseando por unas calles de ambiente muy festivo.
La gran cocina francesa con el espíritu de bistró chic
Antes de salir de Grand Case, disfrutarás de las aguas tranquilas y la arena blanca de la gran playa. Nadie regresa de San Martín sin haber disfrutado antes del sol y del océano. Una actividad submarina te podrá tentar, ya que eres fan de todo lo que forma parte del estilo de vida que vienes a disfrutar.
Finalmente, acabarás a lo grande en el paraíso de la gastronomía con una cena en el Cottage. Impresionado por la carta de cócteles, no dudarás en degustar el Royal Mojito, que tiene como base una deliciosa mezcla de ron y champán. La carta de vinos y la comida te fascinarán, pero lo tendrás claro: allí estarás para probar el menú Langosta. Ofrecida en las mejores variantes, la reina del marisco se presentará en una sopa disimulada bajo una capa de hojaldre y, luego, se mostrará en raviolis abiertos y bañados en una salsa de sabor exótico. Encantado por esta experiencia culinaria, finalizarás la aventura con el famoso soufflé de caramelo o con un original Mon Chéri reinterpretado.
Un palacio en un entorno exuberante para tu exquisito paladar
Si ya has programado tu estancia durante el Carnaval o durante los Mardis de Grand Case, tu corazón y tu paladar latirán al mismo ritmo. El turismo gastronómico se planifica en varias etapas con el fin de variar todos los placeres.
Habrás reservado una habitación o una suite en el hotel de 5 estrellas Le Sol e Luna. Situado por encima de la laguna de Chevrise en Mont Vernon, este soberbio edificio de estilo criollo, engastado en un lujo discreto, te invitará al reposo y a la serenidad.
El menú Caviar será el punto culminante del indescriptible lujo que vas a experimentar. Desde el entrante hasta el postre (imagínate un «parfait» helado de naranja acompañado de un poco de caviar), el caviar de la casa Ultreïa, de la plaza Vendôme en París, alineará sus exquisitas perlas, las mejores del mundo, que explotarán en tu paladar de experto. El top de la gastronomía en San Martín.
La combinación de lo bello y lo bueno en todo momento
Después de un desayuno servido en la habitación del hotel Sol e Luna, te encaminarás hacia la Baie Orientale.
Denominado el Saint-Tropez del Caribe, este pueblo del noreste de la isla, que mira al océano Atlántico, posee una de las playas más grandes de San Martín. Una vez que te hayas instalado en tu nuevo hogar, te pasarás el día en el Télégraphe, como si estuvieras en tu propia casa. Este restaurante, situado en un entorno magnífico, te ofrecerá todo lo que necesitas para satisfacer tus deseos en un estilo informal.
No olvides probar los buñuelos de bacalao salado con salsa criolla caribeña. Para la comida de mediodía, aquí habrás apostado por un ambiente acogedor. Las cómodas sillas de terciopelo rojo del Télégraphe te estarán esperando en la terraza de la plaza del pueblo. Te encantará el filete de pargo rojo acompañado de compota de verduras y de un alioli de la casa.
Carnes y pescados de alto standing
La estancia llega a su fin. ¡Nada mejor que llenar el depósito de proteínas antes de partir! La cocina francesa se ha infiltrado en L’Atelier, un bar de carnes y pescados.
Un steakhouse de altísima calidad, que descubrirás, una vez más, en la plaza de Baie Orientale. Te invitarán a un viaje internacional por las carnes: Holstein, Black Angus Prime, Wagyu japonés, Rubia Gallega, cordero del Pirineo, cerdo ibérico… Cóctel, tabla de quesos artesanos… Te fascinará el «New York steak», finamente infusionado durante días en un whisky de gran calidad.
Sin duda alguna, habrás comido bien durante este viaje. A modo de epílogo, visitarás el mercado de Marigot, templo de los productos locales de la tierra. Este mercado es un festival de colores brillantes. Como aficionado experto, harás provisión de especias y ron, ingredientes esenciales cuando te toque a ti revivir gastronómicamente tu viaje en tu casa.
French do it better! En materia de gastronomía, no hace falta decirlo. Con cada bocado, experimentarás la increíble calidad y diversidad del patrimonio francés. La cocina es todo un arte que nunca se improvisa. Es una maestría que se va adquiriendo con el paso del tiempo y que no para de renovarse. Tal vez radique ahí el secreto. En San Martín, no podrás evitar entregarte a todos los encantos de la gastronomía. ¡Aún hay tanto por descubrir!
