El «journey cake», también conocido como «johnny cake», es mucho más que un simple panecillo. Representa una tradición culinaria que ha atravesado siglos y continentes para convertirse en una especialidad emblemática de San Martín.
Originario de los nativos americanos shawnees, este panecillo de maíz se ha convertido en un aperitivo práctico y delicioso, apreciado en todo el Caribe.
Los orígenes del journey cake
Originalmente, los indios shawnees cocían una tortita de maíz sobre piedras calientes, que luego se llevaban con ellos durante sus expediciones. Esta tortita era ideal para los viajes largos por su durabilidad y facilidad de transporte. Cuando los colonos europeos descubrieron esta práctica, se dieron cuenta de que esta tortita podía conservarse durante varios días y proporcionar una fuente de alimento práctica y nutritiva.
Así pues, los europeos añadieron harina de trigo a la receta, convirtiendo la tortita en un producto más rico, similar al pan. Conocido como «journey cake» o «johnny cake», este panecillo se ha convertido en el snack ideal para viajes largos, siendo a la vez resistente y energizante para las jornadas de trabajo o los viajes largos.
Un panecillo de viaje tradicional
El journey cake se ha convertido en un símbolo de los panecillos de viaje por su capacidad para mantenerse fresco y comestible durante varios días. Su nombre evoca la idea de un tentempié práctico para viajar, mientras que su sencilla receta lo hace accesible para todos.
A medida que el journey cake se extendió por el Caribe, sufrió diversas influencias lingüísticas y culturales. El nombre «johnny cake» es una deformación del término original y refleja su adopción en muchas culturas caribeñas. Algunos investigadores también sugieren que la palabra «janiken», que significa «torta de maíz» en un idioma indígena, podría haber influido en el nombre.
La receta tradicional
El journey cake es apreciado por su sencillez y versatilidad. Se puede degustar caliente o frío y combina bien con platos calientes o se puede consumir solo como un sabroso panecillo. He aquí cómo preparar esta delicia típica de San Martín:
Ingredientes:
- 300 gramos de harina de trigo
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharada de azúcar
- 2 cucharadas de mantequilla
- Una pizca de sal
- Agua para humedecer la masa
Preparación:
- Mezclar los ingredientes secos: Tamiza juntos la harina, la levadura, el azúcar y la sal en un bol grande. Añade la mantequilla derretida y mezcla hasta que la mezcla se vuelva granulada.
- Formar la masa: Combina los ingredientes a mano, añadiendo poco a poco el agua hasta conseguir una masa suave, pero no pegajosa. La masa debe ser lisa y fácil de manipular.
- Dar forma a la masa: Forma una bola con la masa y divídela en doce bolitas. Aplánalas ligeramente para crear los panecillos.
- Cocción: Calienta un poco de aceite en una sartén grande a fuego medio. Cocina los panes, dorándolos por ambos lados. Deja los panes escurriendo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Degustación
El journey cake está delicioso cuando aún está caliente, con la corteza ligeramente crujiente y su interior tierno. Se puede servir con platos calientes tales como guisos o carnes a la parrilla, o bien degustar solo con mantequilla o mermelada. Su sutil suavidad y su rica textura lo convierten en un tentempié ideal para cualquier ocasión.
El journey cake es mucho más que un panecillo; es un pedazo de historia culinaria, que une las tradiciones shawnees con los sabores contemporáneos de San Martín. Cada bocado contiene la evolución de esta receta a través de las edades y las culturas. Ya sea que estés de viaje por la isla o probando la receta en tu casa, el journey cake es una delicia que nos cuenta una historia y que celebra el rico patrimonio gastronómico de San Martín. Al degustar un journey cake, participas en una tradición viva, a la vez que disfrutas de un auténtico sabor de la cultura caribeña.