Pon dirección al aeropuerto de Grand Case para descubrir un pequeño y sorprendente avión: un ultraligero de dos plazas totalmente abierto, que parece al mismo tiempo un avión pequeño y un helicóptero. El autogiro de Saint-Martin te ofrece excepcionales vuelos panorámicos y bautismos de menos de una hora.
Para vuelos más largos o clases de pilotaje, puedes dirigirte a SXM Gyrocopter y determinar con ellos tu grado de experiencia. Presente en el Caribe desde hace más de 15 años, el equipo se estableció en la isla hace algunos años y ofrece una experiencia única para vivirla por lo menos una vez y acordarse de Saint-Martin toda la vida.
Esta pequeña aeronave de dos plazas, muy fácil de pilotar y accesible a todos, es perfecta para descubrir el litoral y el bosque tropical como nunca los habías visto. Primero, el piloto instructor realiza una pequeña sesión informativa para prepararse y calentar motores. Una vez que las cámaras están fijadas al avión, que te has colocado el casco con micrófono y que te has abrochado el cinturón de seguridad, estás listo para despegar. Disfrutarás de unos paisajes que te dejarán sin aliento, sobrevolando el dosel forestal y acariciando las nubes. El piloto instructor te ofrece una inmersión en el aire e irá comentando el vuelo para poner banda sonora a la más espectacular de tus películas. Estarás sentado detrás del piloto, al aire libre. Tú eres quien dirige el vuelo, al tiempo que disfrutas contemplando el paisaje, ya que el autogiro puede desplazarse fácilmente a poca altitud y a una velocidad reducida.
Un panorama único en autogiro en Saint-Martin
A medida que nos vamos alejando del suelo, Saint-Martin se hace cada vez más pequeña y, al mismo tiempo, más inmensa. Comenzamos sobrevolando los barrios principales, Baie Orientale y la reserva de Galion, hasta llegar a la costa, donde el intenso azul del océano se une al azul del cielo. Es fácil divisar el fondo marino gracias a las aguas transparentes y a la claridad de los fondos arenosos. Podrás ver la barrera de coral. Ante tus ojos se abre un auténtico paisaje de postal. Las vistas te dejarán sin aliento.
Las colinas de la isla se alzan majestuosas. Estás muy cerca del Pic Paradis. El bosque tropical está justo debajo y parece elevarse hasta ti. Tal vez reconozcas la Loterie Farm. Pasamos del azul al verde, de las aguas transparentes a la densidad del follaje y las ramas entrelazadas. Los paisajes se suceden desde el encanto de las alturas. Tras una pequeña vuelta alrededor de las islas de Pinel y Tintamarre, bordearás la bahía de Anse Marcel hasta llegar a Caye Verte. Pasarás de una cala a un islote salvaje, seguirás el litoral hasta descubrir lugares que no conocías y verás otros que te son familiares desde una perspectiva totalmente nueva. Aquí arriba pierdes todas las referencias y vives una experiencia impresionante.
Si el cielo está despejado, verás a lo lejos la isla de Anguilla a un lado y Saint-Barthélemy al otro. Disfruta de los últimos momentos suspendido en el vacío sobrevolando el Rocher Créole y la bahía de Grand Case antes de aterrizar. De regreso a tierra firme, guardarás para siempre el recuerdo de esta experiencia y las imágenes grabadas serán el regalo, que podrás disfrutar siempre que quieras.